sábado, 21 de enero de 2012

MIYAMA Flor Baja (Madrid)

Soy una autentica fanática de la comida japonesa. Cada vez que la como me gusta más y más.
En San Sebastián, que es dónde vivo, prácticament no hay restaurantes que tengan comida japonesa, asi que cuando me voy fuera aprovecho a ir a alguno de ellos.

El año pasado me quedé con un muy buen sabor de boca cuando visité el famoso KABUKI.
Esta vez, nos decidimos por el MIYAMA.



Hay 3 restaurantes en Madrid. El primero de ellos es el Miyama Flor Baja, el cual se inauguró en el 2004 y está en la C/ Flor baja 5, al lado de la Gran Via madrileña y es regentado por Hiroo Miki. 

Justo al lado de éste, en febrero de 2011 han inaugurado otro local que es el Miyama Flor San, en donde la cocina es dirigida por Go Majima. 
El tercero ,el Miyama Castellana es el que está ubicado en plena C/ Castellana 45. Inaugurado en 2009 y su chef Hiroshi Isomura mantiene los platos emblemáticos del primer miyama e incorpora guisos tradicionales y más variedad de sushi.
En los tres restaurantes se puede disfrutar de comer en la barra, viendo cómo elaboran los distintos platos.


Nosotros optamos por una mesa. Nada más sentarnos y sin la carta delante nos dijeron si queriamos algo de beber, por lo que cómo llegabamos con un poco de sed, pedimos una botella de agua.

Cuando nos trajeron la carta, había muchísima variedad de platos.
Podeis ver la carta de los 3 restaurantes en su página www.restaurantemiyama.com

En primer lugar, optamos por un Tartar de Atún Picante (12.50€)


Delicioso! se desacía en la boca., ahora picante, picante... poco! pero bueno... buenísimo!

En segundo lugar, probamos el sushi new style Miyama ( 24€)



Es un variado de diferentes sushis pero como "gratinados", había de vieira espectacular, pez limon, toro, salmon, atún, angila... Merece la pena probarlos!

Por último, el Sashimi variado del chef con 7 variedades diferentes (42€)



 
Está compuesto de Salmon, atún, Toro, pez limon, Viera y su coral, gambas dulces, calamares, caballa. Todo estaba especular, pero demasiado para dos personas.
Había sashimi de diferentes tamaños y nos decantamos por la ración más grande, pero acabamos a reventar.

Nos dio pena no probar más variedad de Temaki, makis, sushis y demás platos que tenían una pinta estupenda.
Toda la cena la acompañamos con un  vino Blanco.
Lo único que no nos gustó, fue que nos dejaron el vino en una cubitera al lado de la mesa y cada vez que pasaba un camarero nos servía vino, aunque tuviesemos la copa prácticamente llena... un poco pesados.

Para terminar un postre típicamente japonés: Daifukumochi con helado (5.40€). Es un pequeño pastel de arroz que viene relleno de algo dulce. Aqui había te verde, vainilla o chocolate, nosotros nos decantamos por el de vainilla, que no habíamos probado. Es original pero sin más.

La cuenta 104.30€.
¿ Volveriamos? SI, por lo menos para probar un montón de platos que nos quedamos con las ganas.

El servicio de los camareros.. de todo hubo, algunos muy serviciales y otros no tanto y por supuesto lo peor, el intentar llenarnos todo el rato la copa de vino, un poco cansino.

90% RECOMENDABLE.




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